México ha sido escenario de un avance histórico en medicina: el nacimiento del primer bebé en el mundo concebido mediante un sistema de inteligencia artificial y robótica llamado AURA, desarrollado por Conceivable Life Sciences. Este sistema automatiza el proceso de fertilización in vitro (FIV) y la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), tareas que tradicionalmente requerían intervención humana.
El procedimiento, realizado en Guadalajara, Jalisco, y supervisado a distancia por especialistas en Nueva York, representa un hito en la medicina reproductiva. Gracias al sistema AURA, la selección de óvulos y espermatozoides, así como la inyección de los espermatozoides en los óvulos, se realizaron con alta precisión, menor margen de error y de manera más accesible que con métodos tradicionales.
El proceso comienza con la evaluación de una pareja para determinar si es candidata al tratamiento automatizado. Se recolectan óvulos y espermatozoides, los cuales son evaluados y seleccionados por el sistema de IA. Posteriormente, los mejores gametos son inyectados con precisión para lograr la fecundación. Los embriones resultantes son incubados en laboratorios monitorizados las 24 horas mediante microambientes robóticos que simulan las condiciones ideales.
Entre los beneficios de este avance destacan una mejor selección de embriones, reducción en los riesgos de manipulación humana, mayor éxito en tratamientos de fertilidad y el potencial de hacer estas técnicas más asequibles.
Aunque tecnologías como la fertilización in vitro y la inseminación artificial ya han transformado la reproducción asistida, el uso de IA marca una nueva etapa al integrar precisión tecnológica y conocimiento humano para abrir nuevas oportunidades en tratamientos de fertilidad.
Este nacimiento marca el inicio de una era donde la tecnología redefine los límites de la medicina reproductiva.
Más información: La Razón.