Una alianza inesperada está transformando el mundo de las misiones de búsqueda y rescate: perros entrenados, inteligencia artificial y drones trabajan juntos en una sinergia que multiplica la eficiencia de los operativos en desastres a gran escala. El protagonista de esta revolución es COSMIC-T, un sistema desarrollado por la empresa estadounidense Scientific Systems que interpreta los movimientos de los perros de rescate, los cruza con datos ambientales y dirige drones autónomos hacia zonas donde podría haber víctimas.
El sistema no busca reemplazar el olfato canino, aún insuperable por la tecnología, sino potenciarlo. Equipados con chalecos especiales con GPS, micrófonos y sensores, los perros transmiten información que es interpretada por una IA capaz de detectar patrones sutiles: si el perro detecta un olor, la trayectoria se vuelve «caliente» en los mapas generados en tiempo real. Drones equipados con cámaras térmicas completan el sistema, explorando rápidamente las áreas marcadas.
La clave del cambio es romper la antigua lógica uno-a-uno entre perro y guía, que requiere cientos de horas de entrenamiento y limita la escala de los operativos. Con COSMIC-T, varios perros pueden trabajar simultáneamente y ser supervisados por algoritmos que combinan sus movimientos para señalar zonas críticas, acelerando los hallazgos hasta diez veces según pruebas recientes.
Este proyecto, respaldado por DARPA, marca una nueva frontera en la colaboración entre especies y tecnologías. No se trata de reemplazar el trabajo humano o animal, sino de integrarlo en sistemas más inteligentes, donde cada parte —olfato, intuición, procesamiento de datos— cumple un rol insustituible.
En una época donde la IA despierta temores por su impacto laboral, COSMIC-T ofrece un ejemplo poderoso de cómo puede amplificar habilidades biológicas… y salvar vidas.
Más información en el artículo de Gianluca Riccio para Futuro Prossimo.