Conductores fantasmas y médicos inexistentes: el auge del crimen IA en Brasil

Future Fiction Magazine
3 minutos de lectura

Brasil vive una paradoja inquietante: mientras la violencia callejera y los homicidios caen a niveles históricos, el crimen digital florece con ayuda de la inteligencia artificial (IA). En 2024, las pérdidas por fraudes en línea superaron los 54.000 millones de dólares, una suma equivalente a mil dólares por víctima. En un país con 217 millones de smartphones, pagos instantáneos vía Pix y casi toda la población conectada, los delincuentes encuentran un terreno fértil.

Uno de los casos más llamativos ocurrió en Río de Janeiro, donde una red de “conductores fantasmas” usó imágenes generadas por IA para abrir cuentas falsas en Uber. Simulaban viajes largos y costosos que nunca se concretaban, estafando a la empresa mientras lavaban el dinero a través de Pix. En apenas cuatro meses, un solo sospechoso movió más de 136.000 dólares.

En San Pablo, Espírito Santo y Pará, otra banda aprovechó la plataforma Gov.br, que concentra la identidad digital de los brasileños, para robar datos de médicos y fabricar documentos falsos. Con fotos manipuladas por IA lograron burlar sistemas biométricos, abrir cuentas corporativas y dispersar fondos robados. La falla regulatoria en controles bancarios y el lento acceso judicial a la información facilitaron que el dinero desapareciera en horas, mientras los investigadores tardaban meses en rastrear las operaciones.

El phishing, viejo conocido de internet, también alcanzó una nueva dimensión gracias a la IA. Grupos como “PINEAPPLE” clonaron páginas oficiales y engañaron a miles de contribuyentes con portales tributarios falsos. En 2025, campañas totalmente automatizadas crearon sitios hiperrealistas del Ministerio de Educación y la Secretaría de Tránsito, logrando robar datos sensibles y pequeñas sumas a unas 10.000 víctimas.

La IA no es en sí misma el crimen, pero potencia la capacidad de engaño. Según expertos, la clave no está solo en reforzar la ciberseguridad empresarial y estatal, sino en educar a la población: en un entorno donde lo falso parece real, la primera línea de defensa sigue siendo la conciencia crítica de cada usuario.

Más información en el artículo de Bruce Kay para Insight Crime.

Compartir este artículo
Leave a Comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *