Alejandra Arias y Jaime Martínez, una pareja colombiana residente en España, enfrentan la dura realidad de no poder tener hijos debido a un tumor que afectaba la salud de Alejandra. En busca de consuelo, recurrieron a una terapia poco convencional: la adopción de un bebé reborn, un muñeco hiperrealista creado con inteligencia artificial a partir de fotos de ambos cuando eran niños.
El resultado fue «Batmancito», un muñeco de tres kilos con cabello natural y rasgos que combinan las características de la pareja. Alejandra y Jaime lo cuidan como a un hijo real: lo alimentan, le cambian los pañales y comparten su día a día en redes sociales, donde el bebé ha generado tanto admiración como críticas.
Esta historia ha abierto un debate sobre los límites de la tecnología en la vida emocional de las personas. Mientras algunos ven en los bebés reborn una herramienta terapéutica válida para enfrentar la infertilidad o el duelo, otros cuestionan el riesgo de crear vínculos afectivos con objetos inanimados.
Especialistas advierten que, aunque estos muñecos pueden ofrecer alivio temporal, no sustituyen la interacción humana ni la experiencia de la crianza real. Además, el uso de inteligencia artificial para crear representaciones humanas plantea interrogantes éticos sobre la privacidad y la autenticidad de las relaciones que se establecen con estas creaciones.
La historia de Batmancito refleja cómo la tecnología puede ofrecer soluciones inesperadas a problemas emocionales profundos, pero también cómo puede difuminar la línea entre la realidad y la ficción, desafiando nuestras nociones de familia, afecto y humanidad.
Más información en el artículo de Dylan Escobar para Infobae.