Un equipo de ingenieros del MIT ha creado una película electrónica tan delgada como una décima parte de un cabello humano, capaz de detectar el calor de forma muy precisa. Este avance podría revolucionar las gafas de visión nocturna, haciéndolas mucho más ligeras, cómodas y accesibles que las actuales, que suelen ser pesadas y necesitan sistemas de enfriamiento complicados.
La nueva película, hecha de un material especial sensible al calor, puede captar cambios de temperatura muy pequeños en el espectro infrarrojo, el tipo de luz que permite ver en la oscuridad. A diferencia de los dispositivos actuales, esta tecnología no requiere ser enfriada a temperaturas extremas, lo que reduce peso, costo y consumo de energía.
Además de aplicaciones en gafas de visión nocturna, los investigadores creen que esta innovación podría ayudar a los coches autónomos a «ver» mejor en condiciones de niebla o lluvia, detectar gases contaminantes en el medio ambiente o incluso identificar fallos en chips electrónicos antes de que sucedan.
La técnica que permite crear esta película, llamada «levantamiento de epitaxia remota», es parecida a despegar una cinta adhesiva, pero a nivel microscópico. Gracias a un descubrimiento inesperado relacionado con el plomo en el material, lograron separar las capas sin dañarlas, facilitando la fabricación de estos sensores ultrafinos.
El equipo ya trabaja en integrar esta película en un sistema de visión nocturna real para probar su funcionamiento en diferentes ambientes. Si todo avanza bien, pronto podríamos ver dispositivos mucho más ligeros y eficaces que los actuales.
El proyecto fue financiado por la Fuerza Aérea de EE. UU. y sus resultados fueron publicados en la revista Nature.
Más información: MIT News.