Las potencias económicas amenazan con conquistar el espacio

Future Fiction Magazine
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La expansión militar, comercial y científica más allá de la Tierra ha puesto en jaque la idea del “espacio exterior” como patrimonio compartido de la humanidad. Este trabajo, desde una mirada del Sur Global, sostiene que el actual marco de gobernanza replica las asimetrías terrestres: los tratados fundacionales (Tratado del Espacio Exterior de 1967) resultan insuficientes ante la fiebre extractiva y la carrera por ocupar órbitas y frecuencias, mientras que el Acuerdo de la Luna (1979) carece de fuerza porque ninguna potencia espacial lo ha ratificado.

La comercialización avanza —Artemis Accords, política espacial india de 2023 y normas estadounidenses que legitiman la apropiación privada de recursos— y abre brechas legales: los países no pueden “apropiarse” de cuerpos celestes, pero ¿y las empresas? A la vez, la militarización crece (pruebas antisatélite, fuerzas espaciales), multiplicando desechos orbitales y riesgos de colisión que amenazan servicios esenciales en la Tierra (navegación, comunicaciones, clima). La gobernanza multilateral no acompaña: el consenso en COPUOS permite vetos paralizantes; vetos como la Enmienda Wolf limitan la cooperación; y el Sur Global queda en la periferia de debates que afectan agricultura, gestión de desastres o monitoreo climático.

El artículo propone traer al espacio principios del derecho ambiental: “quien contamina paga” para la basura espacial; precaución frente a megaconstelaciones; evaluaciones de impacto periódicas; participación pública e información temprana; y beneficio compartido de los recursos. También destaca herramientas ya en marcha (Guías de Sostenibilidad de la UNOOSA, Space4SDGs) y pide pasar de orientaciones voluntarias a obligaciones vinculantes.

Recomendaciones clave: transferencia tecnológica obligatoria y creación de capacidades; mecanismos de reparto justo de beneficios; derechos de “salvamento” para retirar chatarra espacial; más competencias ejecutivas para UNOOSA; y nuevos tratados que equilibren innovación y equidad. Con apoyo de foros como el G20, el objetivo es claro: mantener el espacio como un bien común realmente global, habilitando el desarrollo del Sur sin repetir, desde la órbita, las desigualdades de la Tierra.

Más información en el artículo de Sibsankar Palit para Frontiers.

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