Un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) lanza una advertencia inquietante: si no frenamos el cambio climático, en 2070 un tercio de la humanidad vivirá en regiones tan calurosas como el Sahara actual. Hablamos de 3.500 millones de personas expuestas a temperaturas superiores a las que el cuerpo humano puede tolerar sin graves consecuencias.
Durante seis milenios, los seres humanos han habitado una “nicho climático” estable: zonas con temperaturas medias anuales entre 11 y 15 °C, donde la agricultura y las ciudades prosperaron. Ese equilibrio está a punto de romperse. Si seguimos quemando combustibles fósiles al ritmo actual, el planeta podría calentarse más de 3 °C, y hasta 7 °C en algunas regiones. Zonas hoy fértiles podrían transformarse en desiertos imposibles de habitar.
El mapa del mundo cambiaría radicalmente: regiones templadas pasarían a tener el clima del norte de África, y los países que ya sufren calor extremo —como India, Nigeria, Pakistán, Indonesia y Sudán— se volverían prácticamente inhabitables. Son, además, los territorios más pobres, con menos recursos para adaptarse.
El Acuerdo de París de 2015 intentó evitar este escenario, comprometiendo a los gobiernos a mantener el aumento de temperatura por debajo de los 2 °C. Pero los compromisos actuales nos conducen a un aumento de 3,2 °C hacia finales de siglo, una cifra que los científicos califican de catastrófica.
Si nada cambia, las migraciones masivas y el colapso de ecosistemas se volverán inevitables. El estudio no habla solo de números, sino de una transformación profunda de la geografía humana. En pocas décadas, el hogar climático de nuestra especie podría desplazarse, y con él, el destino mismo de la civilización.
Puedes encontrar el artículo completo de Andrea Barolini en la web de Lifegate.
Imagen: Milenio.